Colombia…. tanto nadar para morir en la orilla

Colombia ante Inglaterra. Un cabezazo de Yerry Mina mientras el telón comenzaba a caer, hizo olvidar el penal que “fabricó” Carlos Sánchez en forcejeo con Harry Kane, estableciendo el empate 1-1. No hubo alteración de cifras en el tenso alargue, y en la definición por penales, el equipo inglés se impuso 4-3 avanzando a cuartos de final.
Las luchas por sobrevivir revestidas de angustia mientras se multiplican esfuerzos, ofrecen historias estrujantes y dramáticas, a veces con desenlaces trágicos, como la de Colombia ante Inglaterra en esta Copa del Mundo, decidida por el cruel azar de los penales que siempre muerde el alma.
Ese cabezazo del inagotablemente espigado Yerry Mina, enderezando con brusquedad incluyendo rebote en el piso, la pelota trazada por Juan Cuadrado desde la esquina del córner después del atrevimiento de Mateus Uribe disparando desde una distancia prohibida, superó el estiramiento desesperado del arquero Pickford y el empinamiento de Keiran Trippier junto al poste izquierdo. No hubo forma de evitar que, casi sobre el pitazo final del tiempo agregado, la bola llegara a las redes nivelando la batalla Colombia-Inglaterra 1-1.
Extensión de agonía
Era el tercer cabezazo-gol de Mina en la Copa. Antes, solo un defensa, Paul Breitner de Alemania en 1974, había marcado tres goles. En ese instante, en las puertas del cementerio, el equipo de Colombia resucitaba, y un país suramericano, pendiente de lo que ocurría en Moscú, también volvía a la vida. No hay nada más estimulante que eso.

Transformar el quejido de un muerto en un soplo de vida. Sin embargo, solo fue una extensión de la agonía. Después de la intensidad aplicada en los dos tiempos extras de 15 minutos, en la primera parte con Colombia como protagonista, y en el cierre con Inglaterra mostrando su dentadura, el corajudo equipo de Pékerman, que peleó sangrando por la herida de no poder contar con James Rodríguez, se vio superado 4-3 en la definición por penales, y murió.
Batallando sin ideas
Largo tiempo Colombia estuvo jugando a la nada, replegada, sin iniciativa, y aparentemente sin interés en pisar el área inglesa. El arquero Pickford no lograba familiarizarse con ningún rostro de los atacantes suramericanos. A distancia, reconocía a Falcao y también a Cuadrado. Inglaterra, en tanto, estaba en constante movimiento, conseguía llegar por izquierda y derecha, disponía de espacios aprovechando el cuido a Kane, pero era improductiva, pese a mantener a Ospina con los ojos agrandados y sus resortes listos. Su único gol fue consecuencia de una acción friccionada individual sin balón entre Carlos Sánchez y Harry Kane por la izquierda, dentro del área. Kane fue derribado y se sentenció penal, ejecutado por el propio afectado directamente al centro en el minuto 58. Ospina se lanzó a su izquierda. Hasta ese momento, Inglaterra era más que Colombia, sin impresionar.

Colombia se suelta
A Colombia no le quedó más alternativa que salir a buscar el empate. Desempacó el atrevimiento oculto en un baúl y comenzó a moverse con más agilidad ejerciendo presión. Sorprendida, Inglaterra no se vio bien retrocediendo y tanto Cuadrado, Falcao, Quintero y después Muriel, así como Uribe, se volcaron. Había mucho presión colombiana cuando Inglaterra cedió el córner que ejecutó Cuadrado permitiéndole a Mina elevar su cabeza encima de todas las otras y asestar el golpe al balón que empató el juego. Lo improbable, había ocurrido. Colombia resucitaba en el último grito del drama empujando el juego al alargue de 30 minutos. Los ingresos de Vardy, Rose y Rashford, galvanizaron a Inglaterra haciéndola crecer como amenaza en los últimos 15 minutos, realizando diferentes disparos contra la cabaña de Ospina, hasta llegar a los penales.
Morir así, duele más
Abrió Falcao por el centro, aprovechando el anticipo a la derecha de Pickford, y de inmediato, empató 1-1 el artillero Kane con un cohete bajo sin chance ni de parpadear para Ospina. Siguió Cuadrado con un nítido remate arriba, a la derecha de Pickford, y Rashford volvió a nivelar, ahora 2-2, con un arponazo casi al mismo sitio, por encima del lanzamiento de Ospina… Muriel, con frialdad, disparando con colocación, desequilibró a Pickford quien fue al otro lado. Colombia estaba en ventaja 3-2, cuando Henderson fue víctima de una gran atajada de Ospina volando hacia la izquierda.
Con dos tiros pendientes de cada lado, esa falla podía ser decisiva, pero Uribe, ansioso, golpeó el travesaño y el suspenso latió fuerte al acertar Tripper para el 3-3. La falla de Baca en excelente contorsión de Pickford, dejó el destino del partido en los pies de Dier, quien dobló con su trallazo bajo la mano derecha de Ospina, sellando el 4-3. De esa forma, casi una hora después de haber resucitado, murió Colombia.