El Everest es cada vez más alto
Subir el Everest se está poniendo cada vez más cuesta arriba. De acuerdo con un estudio que acaba de publicar Nature Geoscience, el techo del mundo está cada vez más alto. También conocida como Chomolungma en tibetano, o Sagarmth en nepalÃ, sus 8.849 metros de altura la colocan 250 metros por encima del siguiente pico más alto de la cordillera del Himalaya, lo que supone una anomalÃa a la que los cientÃficos acaban de dar respuesta, culpando a un rÃo.
La montaña más alta del mundo, según una investigación del University College London (UCL) es varios metros más alto de lo que le corresponderÃa debido a la erosión de una red fluvial situada a unos 75 kilómetros de la montaña, que está excavando un enorme desfiladero. Al parecer, la pérdida de esta masa de tierra está provocando que la montaña se eleve hasta dos milÃmetros al año, lo que la ha llevado a crecer entre 15 y 50 metros en los últimos 89.000 años.
Más próximo en el tiempo, cualquiera que logre ahora la hazaña de coronar el Everest, que sepa que cuando lo consiguieron por primera vez el nepalà Tenzing Norgay y el alpinista neozelandés Edmund Hillary el 29 de mayo de 1953, estaban unos 15 centÃmetros más abajo.
Aunque para Nepal la altura de la montaña son 8.848,86 metros, y para China son 0,86 metros menos, si en algo se ponÃan de acuerdo ambos paÃses es que la montaña crece, pero no sabÃan por qué. «El monte Everest es una montaña extraordinaria, llena de mitos y leyendas, y sigue creciendo. Nuestra investigación muestra que, a medida que el sistema fluvial cercano se hace más profundo, la pérdida de material hace que la montaña se eleve aún más», apunta el coautor del estudio y estudiante de doctorado de Ciencias de la Tierra de la UCL Adam Smith.
El fenómeno arrancó cuando el rÃo Arun, que fluye hacia el este del monte Everest a lo largo de un valle plano, giró abruptamente para unirse rÃo abajo con un sistema fluvial más grande, en el rÃo Kosi, bajando en elevación y volviéndose más empinado. Al fenómeno se le denominado piraterÃa de drenaje. Al hacerlo, se canalizó más agua a través del rÃo Kosi, lo que aumentó su poder erosivo a lo largo de milenios, arrastrando miles de millones de toneladas de tierra y sedimentos, mientras excavaba un desfiladero a lo largo de sus orillas.
La consecuente elevación del Everest se explica por una presión desde debajo de la corteza terrestre, denominada rebote isostático. Cuando una sección de la corteza terrestre pierde masa, como en este caso por la erosión del rÃo, se flexiona y flota hacia arriba, porque la presión ascendente del manto lÃquido es mayor que la fuerza descendente de la gravedad después de la pérdida de masa. Se trata de un proceso gradual, normalmente de solo unos pocos milÃmetros al año, pero a lo largo de perÃodos geológicos puede marcar una diferencia significativa en la superficie de la Tierra.
La cordillera del Himalaya se origina por el choque de dos placas tectónicas: la indoaustraliana y la euroasiática. La primera empuja a la segunda a una velocidad de dos centÃmetros por año. Mientras el Everest está a mucha distancia de los tres siguientes picos más altos del mundo, el K2, el Kangchenjunga y el Lhotse solo se diferencian entre sà por unos 120 metros.
Pero el levantamiento causado por el rÃo no se limita al Everest. Tanto el Lhotse como el Makalu, el cuarto y quinto picos más altos del mundo, respectivamente, también sufren este rebote isostático que aumenta su altura en una proporción similar a la del Everest. Aunque el Makalu, ubicado más cerca del rÃo Arun, experimentarÃa una tasa de levantamiento ligeramente mayor. El rebote isostático los eleva más rápido de lo que la erosión los desgasta.
«El cambio de altura del Monte Everest es un gran ejemplo de la naturaleza dinámica de la superficie de la Tierra», concluye el doctor Xu Han, de la Universidad de Geociencias de China, y autor principal del estudio.
Pero el rÃo no serÃa lo único que está alterando el tamaño del Everest, tras el terremoto de magnitud 7,8 que sacudió Nepal el 25 de abril de 2015, además de cobrarse más de 8.700 vidas y destruir medio millón de casas, movió la montaña tres centÃmetros hacia el suroeste. Y todo después de que otro estudio hubiera confirmado que entre 2005 y 2015 la montaña se habÃa desplazado 40 centÃmetros hacia el noroeste, además de crecer tres centÃmetros. Este último dato, coincidiendo bastante con el de la erosión del rÃo.