La batalla entre el teletrabajo y el trabajo a la oficina, está ganando una tercera vía: el trabajo híbrido

Cualquier cambio en la organización de la jornada laboral necesita décadas de adaptación para considerar si realmente funcionan. La adaptación de la industria a la jornada de 8 horas no fue de la noche a la mañana, por lo que adaptar el modelo de teletrabajo también necesitará aplicar cambios y modificaciones en su implementación y el paso de algún tiempo para exprimir al máximo sus posibilidades.

Pasada la urgencia de la pandemia, ha llegado el momento de hacer un análisis reposado de las ventajas e inconvenientes reales del teletrabajo y como aprovecharlas o corregirlas de forma objetiva. En la actualidad existen estudios poco concluyentes que apuntan en ambas direcciones y, mientras que los directivos se aferran a los datos que aseguran que el teletrabajo tiene un impacto negativo sobre el rendimiento, los empleados lo hacen en los que apuntan en sentido contrario. Entonces, ¿qué modelo de jornada laboral es el más eficiente?

La inteligencia colectiva parece haber acertado. En 1906 el científico británico Francis Galton, un escéptico experto en estadística que pensaba que el criterio de las masas como conjunto era siempre erróneo por el factor de influencia entre ellos, acudió a una feria de ganado. En la feria se celebraba un sorteo en el que 800 asistentes tenían que acertar el peso exacto de la carne de un buey que habían sacrificado. Cuando el sorteo concluyó, el científico recogió todas las papeletas que participaron y calculó la media de todas ellas. El peso medio que calculó la mayoría estaba dentro del 0,8% del peso medio real del buey. Si hubieran participado como un solo ente, habrían ganado el sorteo.

Algo similar es lo que ha sucedido con la elección del trabajo híbrido como solución más equilibrada que ya están implementando millones de empresas en todo el mundo para aprovechar las ventajas económicas y de conciliación laboral que aporta el teletrabajo, y los beneficios de cohesión de los equipos del trabajo presencial. Aunque si se les preguntas a los responsables de las empresas, las razones que argumentan a menudo están basados en opiniones o percepciones personales.

La clave está en el equilibrio del trabajo híbrido. El profesor Nick Bloom , uno de los expertos de la Universidad de Stanford que se encargaron de elaborar el mayor informe sobre productividad en teletrabajo que se ha publicado. El profesor destaca que, con toda probabilidad y tal y como le sucedió al científico Francis Galton en la feria de ganado, la inteligencia colectiva de las empresas les ha llevado a elegir el modelo de trabajo correcto.

El teletrabajo ha ido dejando paso al trabajo híbrido, con entre 1 y 3 días de trabajo presencial desde la oficina, y el resto de la jornada semanal presencial desde la oficina aprovechando lo mejor de los dos escenarios.

La productividad mejora y las empresas son más rentables. Los datos de Stanford revelan que la productividad mejora hasta en un 25% cuando se trabaja en remoto. Sin embargo, esa cifra se estabiliza en el tiempo cuando se aplican modelos de trabajo híbrido, y baja hasta niveles negativos cuando se emplea únicamente un modelo de teletrabajo a tiempo completo. Es decir, se mejora la productividad pero la clave es mantenerla con una jornada híbrida. La productividad previa a 2020 marcaba un incremento anual del 1,2%, desde 2020 ha aumentado al 1,5%.

Si hay algo que a las empresas preocupa por encima de la productividad, son los beneficios. Con la llegada del teletrabajo los gastos de las empresas en oficinas, energía o servicios ha caído en picado. Muchas de ellas se han mudado a otras más pequeñas y a las afueras de los caros centros financieros. Eso ha hecho que la implantación de distintos modelos de trabajo remoto haya crecido hasta cinco veces con respecto a 2019.

Los empleados satisfechos también reducen el gasto. Un estudio de los mismos autores de Stanford apunta a que aplicando modelos de trabajo híbrido sobre una muestra de 1.612 ingenieros, se redujo un 35% la satisfacción laboral con la empresa, reduciendo el porcentaje de renuncias.

Las conclusiones de Stanford coinciden con las del Informe Anual del teletrabajo que ha publicado Workmeter, que confirman una mayor satisfacción tanto entre los supervisores, como en el resto de empleados y las empresas lo ofrecen a las nuevas incorporaciones como un beneficio para captar talento.