Dune: Parte 2’: La superproducción destinada a arrasar en los Oscar que enfrenta la realidad de Hollywood

Josh Brolin ya llamó la atención sobre el tema cuando se hgicieron públicas las nominaciones a los Oscar de 2025: Denis Villeneuve, director de la mastodóntica ‘Dune: Parte 2’, no habÃa sido nominado. Brolin sabÃa de lo que hablaba: ya no se trata solo de un desplante al director canadiense. Es también la señal de que los Oscar están ninguneando al blockbuster de Warner, porque sin el apoyo de esa nominación, serÃa muy extraño que la pelÃcula se lleve el Oscar a la Mejor pelÃcula o vaya más allá de unos cuantos reconocimientos técnicos.
‘Dune: Parte 2′ puede llevarse, no obstante, una buena cantidad de Oscar técnicos importantes. Está nominada en cinco categorÃas: Mejor sonido, Mejor fotografÃa, Mejor diseño de producción, Mejores efectos visuales y, por supuesto, Mejor PelÃcula. Denis Villeneuve no solo se echa en falta en la categorÃa de director, sino también, como coguionista junto a Jon Spaihts, en Mejor guión adaptado, donde sà fue nominada la primera entrega de la saga de adaptaciones de las novelas de Frank Herbert.
Ya hemos comentado tanto a propósito de ‘Anora’ como de ‘The Brutalist’ que los Oscar 2025 parecen tener entre sus preferidas a las pelÃculas más pequeñas: ‘Anora’ es puro cine indie, y ‘The Brutalist’ ha sido rodada con un presupuesto absolutamente minúsculo para lo que se estila en Hollywood. No son las únicas: ‘Nickel Boys’, ‘La sustancia’ y ‘Aún estoy aquÃ’ tienen presupuestos limitadÃsimos, y hasta pelÃculas medianas como ‘Un completo desconocido’ o ‘Cónclave’ parecen hacer de cierta modestia visual y de planteamiento su bandera.
No se trata de un fenómeno aislado de este año, solo hay que revisar la mayorÃa de las pelÃculas ganadoras de las últimas ediciones: ‘Todo a la vez en todas partes’ (2022), ‘CODA’ (2021), ‘Nomadland’ (2020) o ‘Parásitos’ (2019). Todas de abierto estilo indie o, cuanto menos, al margen del mainstream de Hollywood. La única excepción tuvo lugar el año pasado, con ‘Oppenheimer’, que podemos considerar un caso claramente aislado al venir de Christopher Nolan, uno de los pocos directores de superproducciones que se considera que tienen un sello de autor. Este año, solo ‘Dune: Parte dos’ y ‘Wicked’ siguen su estela.
Si nos remontamos a años anteriores veremos cómo superproducciones más hollywoodienses (grandes repartos, grandes presupuestos) se combinaban con pelÃculas de corte más independiente, pero no habÃa rachas tan claras. Puede que el año bisagra en ese sentido fuera 2003 con ‘El señor de los anillos: El retorno del rey’, con sus once nominaciones… que ganó Ãntegramente. Una eclosión absoluta del modelo de superproducción que dejó cierta sensación de saciedad. Tras ella, como decimos, se han sucedido pelÃculas tan variadas como ‘Million Dollar Baby’ (2004), ‘Slumdog Millionaire’ (2008), ‘El artista’ (2011), ’12 años de esclavitud’ (2013) o ‘Moonlight’ (2016).
Nuestro compañero Pedro Gallego apunta, de forma muy razonable, que el posible ninguneo de ‘Dune 2’ se debe a que ha sufrido el sÃndrome de la mencionada ‘El retorno del rey’ y su barrida total en los Oscar de 2003. Puede que, por excelente que sea ‘Dune: Parte 2’, la Academia prefiera esperar a que Villeneuve ponga punto final a su trilogÃa (no olvidemos que esta segunda parte finaliza en un ‘Continuará’ completamente abierto) para entonces darle el reconocimiento que merece. Si este año ‘Dune’ arrasa, ¿qué dejamos para la tercera?
Se han hablado en numerosas ocasiones de cómo las secuelas, las franquicias y los blockbusters parecen haber inundado la taquilla, sin dejar espacio para otras opciones. Los Oscar parecen estar replicando a ese fantasma en la taquilla, proponiendo alternativas, que sin duda reciben un empuje de fama e ingresos gracias a la publicidad de los premios. Sin duda una disyuntiva interesante, justo que Marvel parece haber abandonado definitivamente su prereminencia absoluta en la taquilla y que pelÃculas como ‘The Brutalist o ‘La sustancia’ consiguen recaudar mucho más de lo esperado. La normalidad y la diversidad ha vuelto a las cartekleras, y los Oscar son el reflejo.