En tuit Donald Trump acusa a Obama de intervenir su teléfono

BBC/Reuters

Con el gobierno de Donald Trump apenas comenzando, una pregunta ya asoma en Estados Unidos: ¿podría un simple tuit tener un efecto bumerán nocivo para el presidente de la mayor potencia mundial?
La cuestión cobró relevancia después que Trump, sin presentar pruebas, acusara el fin de semana a su antecesor, Barack Obama, de pinchar sus teléfonos el año pasado, en plena campaña electoral.
«¡Tipo malo (o enfermo)!»: Donald Trump acusa sin pruebas a Barack Obama de haber intervenido sus teléfonos durante la campaña presidencial
Se trata de una denuncia grave. Y Trump eligió Twitter para lanzarla.
«¡Terrible! Acabo de enterarme que Obama tenía mis ‘comunicaciones intervenidas’ en la Torre Trump justo antes de la victoria. No se encontró nada. ¡Esto es McCarthyismo!», tuiteó Trump el sábado, aludiendo a la persecución de comunistas en EE.UU. impulsada por el senador Joe Mc Carthy en los años 50.

Poco después, lanzó otro mensaje por la misma red social.
«Qué bajo cayó el presidente Obama al pinchar mis teléfonos durante el sagrado proceso electoral. Es Nixon/Watergate. ¡Tipo malo (o enfermo)!», afirmó, refiriéndose esta vez al escándalo de espionaje político que provocó la caída del presidente Richard Nixon en 1974.
En qué se parece el escándalo de Rusia y Trump a Watergate, el caso que provocó la caída de Richard Nixon
Fue una acusación inédita, que según Stephen Wayne, un experto en política estadounidense que ha publicado varios libros y asesorado a republicanos y demócratas en procesos de nominación presidencial, buscaba «desviar el foco de las malas noticias en su gobierno, culpando a alguien más de algo más».
Pero Wayne, como otros analistas, cree que quizá ahora las cosas evolucionen de un modo distinto al esperado por Trump.
«Podría salirle el tiro por la culata», sostiene en diálogo con BBC Mundo.
Un revés, una apuesta
La acusación de Trump fue negada casi de inmediato por un portavoz de Obama y por un exdirector de inteligencia nacional, James Clapper.
¿Hay pruebas de que Obama intervino los teléfonos de Trump durante la campaña electoral de Estados Unidos?
Hasta allí todo podía ir de acuerdo a los cálculos del presidente, que tiene vasta experiencia en negocios de bienes raíces o como estrella de realityshows, pero muy poca en manejo de gobierno.

Sin embargo, el mismo fin de semana el diario The New York Times primero y otros medios después informaron que el director del Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés), James Comey, había pedido al Departamento de Justicia rechazar las afirmaciones de Trump.
Eso no ha ocurrido hasta ahora, pero que se haya conocido la preocupación de Comey por los tuits de Trump supone un claro revés para el presidente.
James Comey, el jefe del FBI que puso en aprietos a Hillary Clinton
Hasta donde se ha podido saber, la acusación de Trump contra Obama se basó en un comentario que había realizado un presentador radial conservador, que a su vez fue tomado por Breitbart News, un sitio web de ultraderecha que era encabezado por Stephen Bannon, actual estratega jefe de la Casa Blanca.
El comentario sin pruebas llegó al presidente, que luego publicó sus tuits, desatando una tormenta política.
El domingo, lejos de retractarse, Trump dobló la apuesta.
Pidió a los comités de inteligencia del Congreso «determinar si los poderes de investigación del Poder Ejecutivo fueron abusados» por Obama el año pasado.
Esta vez lo hizo mediante un comunicado oficial de la Casa Blanca, aclarando que evitarían nuevos comentarios hasta que se lleva a cabo esa investigación.
Y desde entonces los funcionarios de la presidencia se han visto en aprietos para explicar lo que sostuvo Trump.
Sean Spicer

 

 

Este martes, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que Trump no tiene ningún arrepentimiento por sus afirmaciones, insistiendo en que los comités de inteligencia del Congreso revisen el tema.
Pero es esto precisamente lo que plantea más riesgos para el gobierno, según los analistas.
¿Una investigación?
Los comités de inteligencia del Congreso ya están investigando la presunta interferencia que Rusia tuvo en las elecciones de 2016, según agencias de espionaje de EE.UU., buscando favorecer a Trump.
Esos comités están liderados por miembros del Partido Republicano de Trump, que hasta ahora ha desestimado los pedidos de una investigación más amplia e independiente sobre el asunto.
Cómo fue el ‘hackeo’ de piratas informáticos de Rusia en las elecciones de Estados Unidos
Pero el presidente está bajo presión por los contactos reservados que se ha descubierto que miembros de su entorno tuvieron con el embajador de Moscú en Washington, antes y después de las elecciones.
Esto ya provocó la renuncia del consejero de seguridad nacional de Trump, Michael Flynn, y puso bajo sospecha al fiscal general, Jeff Sessions, que evitó hablar de sus encuentros con el diplomático ruso al ser interrogado bajo juramento en el Senado.
Quién es Jeff Sessions, el fiscal general de Estados Unidos que está en la mira por sus conversaciones con un embajador ruso
Tras la acusación de Trump a Obama, algunos senadores republicanos expresaron públicamente su preocupación por la gravedad de la denuncia y prometieron ir hasta el fondo del asunto.

Esto «podría generar una investigación que revele la influencia rusa en el proceso electoral, que pudo haber generado algunas de las escuchas telefónicas que él alega», dice Wayne.
Quizá eso ayudaría a responder preguntas que permanecen abiertas, comenzando por la más simple: ¿de qué conversaron exactamente los allegados de Trump con los rusos?
¿Espía o diplomático? Quién es Sergei Kislyak, el astuto embajador en el centro de la polémica por los contactos de la campaña de Donald Trump con Rusia
Pero incluso si el Congreso hace oídos sordos al pedido de investigación de la Casa Blanca, los analistas creen que Trump puede pagar un precio por su acusación sin pruebas contra Obama.
«El presidente precisa cierta cantidad de credibilidad para poder operar en el sistema político», señala Joshua Sandman, un profesor de ciencia política de la Universidad de New Haven experto en comportamiento presidencial, consultado por BBC Mundo.
«Y si esto se prueba que es un comentario vacío (de Trump), destinado a desviar la presión de Sessions y las reuniones con los rusos», agrega, «disminuye su credibilidad y políticamente su eficacia».