Mazda apuesta por un motor de combustión rotativo

Japón no quiere el coche eléctrico. Al menos, no lo quiere como única solución a la movilidad del futuro. Mientras que Europa, pero también Estados Unidos, y, sobre todo, China se han decidido por esta tecnología, los japoneses quieren nadar a contracorriente.

Toyota cuenta con el plan más ambicioso para desarrollar modelos completamente eléctricos, incluyendo baterías de estado sólido (como Nissan), pero en diversas ocasiones han mostrado su rechazo al uso de esta tecnología como única opción. Honda también ha mostrado sus dudas y Mazda ha sido una de las más beligerantes.

Precisamente, ha sido Mazda en dar uno de los últimos pasos en las alternativas a los coches completamente eléctricos. Y lo hace al estilo Mazda, con una forma de concebir el automóvil siempre con un toque distintivo.

Después de algunos rumores, la compañía parece empeñada en rescatar su motor rotativo. Y lo hará para un deportivo.

Mazda, el rotativo y la alternativa

El motor rotativo es un tipo de motor particular. En lugar de contar con los clásicos cilindros y pistones, cuenta con una cámara ovalada en cuyo interior gira un pistón triangular, que deja pequeños espacios vacíos. Con el propio giro, se produce la entrada de aire, se inyecta el combustible y se libera el escape. Es decir, con el giro de un solo pistón se consiguen los cuatro tiempos de un motor de combustión: admisión, compresión, combustión y escape.

Esto permite que para alcanzar la potencia de un motor de combustión tradicional de cuatro cilindros se necesite un propulsor mucho más pequeño. Además, se puede utilizar a altísimas revoluciones (uno de los aspectos más queridos por los aficionados a los deportivos) y con una suavidad extraordinaria. El problema, necesita un mantenimiento cuidadoso, sobre todo en lo que respecta al aceite, y el consumo de combustible es bastante alto.

De hecho, sus problemas de fiabilidad terminaron con NSU en la ruina pero Mazda sí consiguió comercializar con éxito sus motores rotativos. Sin embargo, con el paso del tiempo, el interés del público decayó, asustados en parte por el consumo tan alto de gasolina que tenían sus RX-8 y RX-7.

Pero cuando este tipo de propulsor parecía condenado, Mazda lo ha rescatado en su MX-30. En este caso, el motor rotativo no está conectado a las ruedas del coche. Actúa como un generador para alimentar una batería en lo que es un eléctrico de rango extendido. Esto es un híbrido enchufable que actúa como un híbrido en serie. El coche siempre se moverá por la energía eléctrica que bien ha sido recargada mediante enchufe o bien se produce quemando gasolina.

La gran ventaja del Mazda MX-30 es que es un coche que, en el día a día, trabaja como un eléctrico hasta que se acaba su batería. Cuando lo hace, se puede seguir alimentando de combustible pero el tacto es el de un coche eléctrico. Pero no solo eso, como el motor de combustión es tan pequeño es en el fondo un híbrido enchufable que apenas añade peso extra al conjunto.

Los resultados deben estar siendo buenos para Mazda. En el pasado Salón de Tokio, la compañía presentó el Mazda Iconic SP, un prototipo de deportivo con esta misma tecnología que quedaba a medio camino de un Mazda MX-5 y un RX-8. La acogida fue buena. Tanto por la estética del modelo como por el aplauso de ofrecer algo diferente.

Y ahora sabemos que Mazda seguirá trabajando en el proyecto y que buscará la manera de rentabilizarlo. Durante la presentación se dejó la puerta abierta a esta posibilidad pero no se terminó de confirmar nada. Sin embargo, la marca ha anunciado que a partir de 1 de febrero contarán con un equipo dedicado exclusivamente al desarrollo de este tipo de propulsores.

Masahiro Moro, director ejecturivo de Mazda, ha confirmado que entregarán a este departamento una «amplia gama de recursos técnicos». Según su directivo, «el interés en los vehículos eléctricos está disminuyendo, por lo que su empresa está explorando soluciones alternativas a la crisis de movilidad».

De momento, teniendo en cuenta el tipo de movilidad planteada por el prototipo, Mazda seguirá desarrollando eléctricos de autonomía extendida donde el motor rotativo actúe como un generador. Además, ya abrieron la puerta al uso de combustibles sintéticos o la quema de hidrógeno.

Como último reducto para lso aficionados a los modelos completamente deportivos, puede quedar la posibilidad de que, en algún momento, el motor rotativo actúe como un propulsor de un híbrido enchufable al uso y, por tanto, su trabajo esté directamente conectado al movimiento de las ruedas, lo que permitiría disfrutar de la combustión en una carretera de montaña y moverse en modo completamente eléctrico en ciudad.