Seis Colombianos fueron detenidos como sospechosos por el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio en Ecuador

El candidato falleció el día de Miércoles , 9 de agosto, luego de ser atacado durante un mitin.
Después de diferentes investigaciones y allanamientos, la Policía de Ecuador capturó a seis sospechosos por el asesinato, los cuales son de nacionalidad colombiana, al igual que el atacante que falleció en el lugar.
El ministro de Interior, Juan Zapata, en declaraciones a la prensa este jueves, identificó a los detenidos como Andrés M., José L., Adey G., Camilo R., Jules C. y John R.
La Cancillería colombiana, por su parte, aún está esperando la información oficial de lo acontecido, pero no es la primera vez que ciudadanos colombianos se ven involucrados en hechos de esta índole en otros países, pues mercenarios colombianos también fueron los responsables del asesinato del presidente haitiano Jovenel Moise.
Igualmente en El Salvador, en el marco del régimen de excepción se han detenido 40 personas, en su mayoría colombianos, por pertenecer a una organización delictiva «transnacional» dedicada a préstamos ilegales de dinero, llamada “gota a gota”.Por medio de su Cancillería, condenó el asesinato del candidato y rechazó «cualquier acto de violencia» que afecte al país suramericano.
«El Gobierno de El Salvador, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, expresa su enérgica condena y preocupación por el asesinato del candidato Fernando Villavicencio, quien aspiraba a la Presidencia de la República del Ecuador», indicó en un comunicado.
Agregó que «El Salvador manifiesta su firme rechazo ante cualquier acto de violencia que afecte la paz y la seguridad del hermano pueblo ecuatoriano».
Luego de un aumento en las cifras de homicidios, las cuales se han casi duplicado entre 2021 y 2022 y están, con los 25 homicidios/100,000 habitantes, muy por encima de la media mundial (6/100,000)., la organización recordó que Ecuador «necesita políticas de seguridad urgentes y respetuosas con los derechos humanos».
HRW afirma que las dos grandes pandillas que operan en el país trabajan en alianza con narcotraficantes de México, Colombia y hasta Albania y no dudan en recurrir a decapitaciones y desmembramientos de sus rivales, además de matar a fiscales, jueces y periodistas.
La organización cita una reciente encuesta que mostró que dos de cada tres ecuatorianos no se sienten seguros al caminar solos por la noche, porcentaje superior a cualquier país latinoamericano, y alude también a que la extorsión -practicada sobre pequeños negocios, transportistas o trabajadores de la salud- se ha duplicado en 2023, a juzgar por los casos denunciados.
La respuesta del gobierno de Guillermo Lasso ha sido declarar estados de excepción en algunas ciudades -con la consiguiente suspensión de derechos constitucionales-, y ahora en todo el territorio nacional, pero esto «no ha hecho que los ecuatorianos estén más seguros», dice HRW.
«El gobierno necesita poner en marcha una política de seguridad eficaz y legítima que proteja a sus ciudadanos y que busque desmantelar a los grupos de delincuencia organizada», concluye la organización.
Las autoridades ecuatorianas no han confirmado si detrás del mortal atentado, que dejó también al menos nueve heridos, entre ellos tres policías, está alguna de las bandas de crimen organizado que operan en Ecuador.
Incremento en el crimen organizado en Ecuador
El asesinato de Villavicencio, que prometía luchar de manera frontal contra estas bandas y que en las últimas semanas había denunciado amenazas de muerte en su contra, ha conmocionado al país, en medio de una campaña electoral que gira casi exclusivamente en torno a la crisis de seguridad que azota a Ecuador.
Desde hace algo más de dos años se han incrementado los asesinatos a manos de sicarios y las matanzas a cargo de grupos armados que el Gobierno vincula principalmente con el crimen organizado, que ha ganado fuerza en la zona costera, donde utilizan los puertos ecuatorianos como grandes lanzaderas de la cocaína que llega a Europa y Norteamérica.
Villavicencio era uno de los ocho candidatos presidenciales inscritos en estas elecciones extraordinarias, convocada para el domingo 20 de agosto, luego de que el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, decretase la «muerte cruzada», un mecanismo constitucional con el que disolvió la Asamblea Nacional (Parlamento), de mayoría opositora, cuando se disponía a votar su destitución.