Va de nuevo, pena de muerte en Filipina
EFE.
La Cámara de Representantes filipina aprobó este martes un proyecto de ley que restaura la pena de muerte mediante la horca, la inyección letal o el fusilamiento para delitos relacionados con drogas a pesar de la oposición de la influyente Iglesia católica.
El proyecto fue aprobado con 216 votos a favor, 54 en contra y una abstención, dijo la cámara. El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte prometió durante la campaña electoral que restauraría la pena de muerte para criminales reincidentes, en particular para los narcotraficantes. El proyecto de la cámara debe ser compulsado con el que está en discusión en el Senado y finalmente sancionado por el presidente para adquirir fuerza de ley. La anterior presidenta Gloria Macapagal Arroyo abolió la pena de muerte en 2006. Ahora, como presidenta de la cámara baja, votó este martes contra su restauración.
Mientras tanto, la policía mató a ocho supuestos delincuentes en balaceras separadas y arrestó a otras 21 personas en una provincia del norte del país, un día después del regreso de la policía a la letal campaña antidroga del presidente, coincidiendo con el inicio de otra contras las armas ilegales.
Los sospechosos fallecieron o fueron detenidos en 19 registros efectuados en la provincia de Bulacan, al norte de Manila, explicó el superintendente de la policía, Romeo M. Caramat Jr. Algunos se tornaron violentos cuando la policía recibió disparos. Hace más de un mes, un molesto presidente del país, Rodrigo Duterte, vetó la presencia de la policía en estas operaciones, que se cobraron la vida de miles de sospechosos, después de que algunos agentes antidroga se vieran implicados en una trama de extorsión que causó la muerte a un empresario surcoreano.
Sin embargo, el director general de la policía nacional, Ronald Dela Rosa, anunció el pasado lunes que se asignaron 170,000 agentes a la campaña después de que la breve ausencia del cuerpo en las operaciones provocara un repunte en el narcotráfico en muchas comunidades. “No podemos dar la espalda a esta lucha porque el futuro de las generaciones venideras depende de lo bien que combatamos la guerra contra las drogas hoy”, señaló Dela Rosa.