Una hormiga que amputa y desinfecta extremidades de las demás
Salvar vidas a través de la cirugía ya no es algo exclusivo de los humanos. Las hormigas carpinteras de Florida, una especie común de color marrón son capaces de tratar selectivamente las extremidades heridas de sus compañeras de nido, ya sea mediante la limpieza de la herida o la amputación.
En un estudio que acaba de publicar la revista Current Biology, los científicos también han podido demostrar la eficacia de estos «tratamientos», que se adaptan según el tipo de lesión y ayudan a la recuperación.
«Este es literalmente el único caso en el que ocurre una amputación sofisticada y sistemática de un individuo por parte de otro miembro de su especie en el reino animal», apunta Erik Frank, ecólogo del comportamiento de la Universidad de Würzburg y primer autor del estudio.
El cuidado de heridas entre las hormigas no es un fenómeno completamente nuevo. En un artículo publicado en 2023, se descubrió que un grupo diferente de hormigas, la Megaponera analis, utiliza una glándula especial para inocular las heridas con compuestos antimicrobianos destinados a sofocar posibles infecciones. Lo que hace que las hormigas carpinteras de Florida (Camponotus floridanus ) destaquen sobre las otras es que, como no tienen dicha glándula, deben utilizar medios mecánicos para la curación.
Las hormigas de Florida eligen entre limpian la herida solo con sus piezas bucales o realizar una limpieza seguida de la amputación completa de la pata. Además, para seleccionar qué vía toman, los científicos observaron que las hormigas parecían evaluar durante un rato el tipo de lesión antes de elegir el tratamiento.
En este estudio se analizaron dos tipos de lesiones en las patas: laceraciones en el fémur y en la tibia, que se parece al tobillo. Todas las lesiones en el fémur se acompañaron de una limpieza inicial del corte por parte de un compañero de nido, seguida de una mordida de la pata entera por parte de otro compañero de nido. Por el contrario, las lesiones en la tibia solo recibieron una limpieza bucal. En ambos casos, la intervención dio como resultado que las hormigas tuvieran una tasa de supervivencia mucho mayor.
«En las lesiones de fémur, en las que siempre se amputaba la pierna, la tasa de éxito era del 90% o 95%. Y en el caso de la tibia, en la que no se amputaba, se alcanzaba una tasa de supervivencia de alrededor del 75%», afirma Frank. Esto contrasta con la tasa de supervivencia de menos del 40% y el 15% en las abrasiones infectadas de fémur y tibia que no recibían ningún tratamiento.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que la vía preferida para el tratamiento de las heridas podría estar relacionada con el riesgo de infección. Las tomografías computarizadas del fémur de las hormigas mostraron que está compuesto en gran parte de tejido muscular, lo que sugiere que desempeña un papel funcional en el bombeo de sangre, denominada hemolinfa, desde la pierna hasta el cuerpo principal. Cuando se produce una lesión en el fémur, los músculos se ven comprometidos, lo que reduce su capacidad para hacer circular sangre potencialmente cargada de bacterias. La tibia, por otro lado, tiene poco tejido muscular y, por lo tanto, poca participación en la circulación sanguínea.
«En las lesiones de tibia, el flujo de la hemolinfa se vio menos obstaculizado, lo que significa que las bacterias podían entrar al cuerpo más rápidamente. Mientras que en las lesiones de fémur, la velocidad de la circulación sanguínea en la pierna se ralentizó», afirma Frank.
Se podría esperar, entonces, que si el daño en la tibia provoca infecciones más rápidas, lo más apropiado sería amputar la pierna completa, pero se observa todo lo contrario. Resulta que la velocidad a la que las hormigas pueden amputar una pierna marca la diferencia. Una amputación asistida por hormigas tarda al menos 40 minutos en completarse. Pruebas experimentales demostraron que, en el caso de las lesiones en la tibia, si la pierna no se extirpaba inmediatamente después de la infección, la hormiga no sobrevivía. «Por lo tanto, como no pueden cortar la pierna lo suficientemente rápido para evitar la propagación de bacterias dañinas, las hormigas intentan limitar la probabilidad de infección letal dedicando más tiempo a limpiar la herida de la tibia», comenta Laurent Keller, biólogo evolutivo de la Universidad de Lausana, y otro de los autores principales del estudio.
COMPORTAMIENTO INNATO
«El hecho de que las hormigas sean capaces de diagnosticar una herida, ver si está infectada, y tratarla en consecuencia durante largos períodos de tiempo por otros individuos, revela que el único sistema médico que puede rivalizar con eso sería el humano«, dice Frank.
Teniendo en cuenta la naturaleza sofisticada de estos comportamientos, una siguiente reflexión razonable sería cómo estas hormigas han sido capaces de desarrollar un cuidado tan preciso. «En realidad, todo es un comportamiento innato«, afirma Keller. «Los comportamientos de las hormigas cambian según la edad de un individuo, pero hay muy pocas pruebas de que hayan aprendido algo».
Ahora, el equipo de laboratorio está realizando experimentos similares en otras especies de Camponotus para ver hasta qué punto se conserva este comportamiento y comenzar a descifrar si todas las especies de hormigas que no tienen la glándula antimicrobiana especial (metapleural) también realizan amputaciones. Además, dado que la hormiga que recibe cuidados permite la amputación lenta de una extremidad mientras está consciente, se requiere una mayor exploración de nuestra comprensión del dolor en las sociedades de hormigas.
«Cuando ves los videos donde la hormiga muestra la pata herida y deja que la otra la muerda de manera completamente voluntaria, y luego muestra la herida recién hecha para que otra pueda terminar el proceso de limpieza, es un nivel de cooperación innato sorprendente», apunta Frank.